La destacada periodista de investigación Yelena Milashina fue brutalmente golpeada por hombres enmascarados que le rompieron los dedos cuando viajaba a un tribunal en la república rusa de Chechenia, informaron sus colegas.
Milashina había recibido amenazas de muerte en el pasado por parte del notorio líder de Chechenia, Ramzan Kadyrov.
Cuando fue atacada viajaba con un abogado, Alexander Nemov, quien también sufrió heridas.
Acababan de llegar al aeropuerto para asistir al veredicto judicial de una madre de tres exiliados de Kadyrov.
Su automóvil fue detenido cuando se dirigían a la capital, Grozny, donde ese día Zarema Musayeva fue condenada a cinco años y medio de cárcel.
Musayeva fue detenida por las fuerzas de seguridad chechenas en enero de 2022 en su departamento en el oeste de Rusia. Fue declarada culpable por fraude y de agredir a un oficial de policía.
Mientras, sobre el ataque en su contra, la periodista lo describió como un “secuestro clásico”.
“Inmovilizaron y luego arrojaron a nuestro conductor fuera de su automóvil, se subieron, inclinaron nuestras cabezas, me ataron las manos, me obligaron a arrodillarme y me pusieron una pistola en la cabeza“, contó a un funcionario checheno de derechos humanos en un hospital de Grozny.
El periódico para el que trabaja, Novaya Gazeta -que tuvo que cerrar sus operaciones por presiones del gobierno ruso-, informó que había sufrido una lesión cerebral interna y que tenía los dedos rotos. También le raparon la cabeza y le rociaron la cara con tinte verde.
El grupo de derechos humanos Crew Against Torture publicó una imagen que muestra un corte en su pierna, en lo que supone una herida de cuchillo.
Milashina huyó de Rusia por un tiempo en febrero de 2022 después de que Kadyrov la llamara terrorista. El líder checheno también dijo que “siempre hemos eliminado a los terroristas y sus cómplices”.
En 2020, junto a otra abogada, Marina Dubrovina, la periodista también había sido atacada, luego de exponer torturas contra personas gay en Chechenia.
Su reportaje de investigación que detalla los abusos contra los derechos humanos sigue los pasos de dos mujeres que fueron asesinadas por hacer el mismo trabajo.
En 2006, su colega Anna Politkovskaya del medio Novaya Gazeta fue asesinada en Moscú, mientras que su amiga y activista Natalia Estemirova fue secuestrada y fusilada en Grozny.
Milashina le dijo al programa Ukrainecast de la BBC la semana pasada que estaba plenamente consciente de que Kadyrov y su séquito podrían “cumplir fácilmente” las amenazas de muerte que había emitido.
“Me estoy acostumbrando porque, varias veces al año, Kadyrov lanza amenazas hacia mí o hacia los periodistas de Novaya Gazeta… Se comporta como si [él] fuera el dueño de la región de Chechenia”.
El líder de Chechenia
Ramzan Kadyrov es uno de los partidarios más acérrimos de Vladimir Putin, y además apoya enormemente su invasión a gran escala en Ucrania.
El político ha sido acusado de ordenar ejecuciones extrajudiciales, secuestros y torturas.
El año pasado envió tropas chechenas, conocidas como “Kadyrovtsy”, a Ucrania, donde han sido conocidos por su brutalidad. También se le ha relacionado con el asesinato del líder opositor ruso Boris Nemtsov.
Putin le entregó la presidencia de la república del sur de Rusia en 2007, tres años después de que su padre fuera asesinado cuando era presidente, en 2004.
Cuando Zarema Musayeva, de 53 años, fue detenida por agentes de seguridad chechenos el año pasado, 1.800 kilómetros (1.120 millas) al norte de Grozny, Kadyrov dijo que toda su familia debería estar “en prisión o bajo tierra”.
Los tres hijos de Musayeva huyeron de Chechenia después de denunciar en línea los abusos contra los derechos humanos del líder checheno. Su esposo, un exjuez, fue detenido por un tiempo, pero luego también huyó.
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